Por qué tenemos miedo a hablar en público

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¿Quién no ha sentido miedo en una exposición pública le ha temblado la voz, se ha quedado en blanco, ha sentido que su estómago retumbaba o los temblores de sus piernas o manos?

Posiblemente si ya has realizado muchas exposiciones lo hayas superado, aún así siempre queda algo, esos primeros segundos que encienden tu motor. Según estudios realizados en la población estadounidense más del 90 por ciento de la población sufre miedo escénico.

Una clave fundamental para combatir este miedo es asumirlo, pensar que es natural, forma parte de la puesta en marcha de nuestro organismo, es el motor de arranque, el cuerpo se prepara y es normal sentir esa excitación en el estómago hasta en los oradores más profesionales, te mantiene en tensión para la puesta en escena.

El por qué sentimos miedo tiene varias explicaciones, la más habitual es la propia exposición de nuestra persona ante los demás, con el temor de quedar mal, no estar a la altura o que queden expuestas nuestras inseguridades personales. Es curioso porque cuando estamos ante personas que consideramos de mayor rango esa inseguridad se acrecienta frente a compañeros, amigos o un público más neutro.

Otro motivo puede ser la falta de preparación, la exposición pública requiere práctica y preparación, hasta los speaker más experimentados no dejan de prepararse hasta el último momento, dejan mínimo espacio a la improvisación saben que un descuido puede hacerles perder el hilo de la intervención.

El tercer motivo y no menos importante es estar demasiado pendiente de uno mismo, más que de conectar con los otros. La clave de una buena exposición es estar más pendiente de los demás que del propio miedo. Cuando te enfocas en escuchar aunque sea los gestos de tu audiencia y en sentir su energía y dar lo mejor de ti no queda espacio para pensar en tus inseguridades, salvo que no hayas hecho los deberes y no lleves bien preparada tu presentación.

La clave está en que te prepares bien los primeros dos minutos y el final de tu exposición, la estructura de cómo hacerlo te lo explico en otro interesante artículo. Aquí mi objetivo es que sepas los motivos de tu miedo, los reconozcas y los trabajes. Eso sí te voy a dejar como parte de esas herramientas para superar el miedo que cuides tu imagen, es tu mejor tarjeta de presentación, así que busca un vestuario con el que te sientas cómodo/a y acorde a tu mensaje te ayudará a ganar seguridad.

¿Cuál es el miedo inconsciente que vive en nuestra mente ante una presentación?

Principalmenteel fracaso, el ridículo, o el no cumplir las expectativas de los otros, o que ya ha vivido experiencias negativas y teme repetirlas. Por eso o primero es ver cuál es la razón de ese miedo para poder superarlo. Y cada vez que la exposición te salga bien reconocértelo y premiarte. Cuando no sale tan bien anotar que se puede mejorar de una manera objetiva, tiempo, claridad del mensaje, contenido, etc.

¿Cómo vamos a reducir el miedo a nivel técnico?

Primero teniendo muy claro cuál es el objetivo del discurso, el objetivo debe estar escrito, y estar muy claro. Tengo que prepararme muy bien el principio y el fin de ese discurso, con una frase clave para cada parte.  Recuerda que esas dos partes son las más importantes. Y sobre todo, como te he mencionado,  ganar confianza con la imagen y puesta en escena.

El miedo escénico debes trocearlo para presentar la mejor versión de ti mismo.

Para conseguirlo practica y escribe:

  • Reconoce lo que te da temor (no estar preparado, hacer el ridículo, inseguridad personal, sensación de fracaso anterior)
  • Practica y pierde el miedo al ridículo, nadie nace enseñado;
  • Claridad en el objetivo, en el mensaje
  • Cuida lo que te va a dar mayor seguridad tu imagen

Conclusión: maneja el tema de que hablas, cuida tu imagen y estate pendiente de los otros.